Ayer me acerqué hasta uno de los bonitos e inmensos pantanos que tenemos aqui en nuestra tierra, "Euskal Herria", tierra que tanto amo y que tanto me enorgullece.
Las capturas no fueron, como de costumbre, las que esperaba pero la paz y sosiego que encuentro cada vez que tengo una caña de pescar en la mano, no me lo da nada. Sensación indescriptible.
Ellas no han aparecido pero yo seguiré estando allí, al pie del cañón.
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